lunes, 16 de junio de 2008

Vida y muerte en cada esquina

Son las 8.20 de la manyana de este lunes 16 de junio (a falta de un dia para hacer la efemerides de 3 meses viajando) y llevamos la solera de casi cuatro horas despiertos. El motivo: un paseo en barca por el Ganges durante el amanecer, donde casi todo buen hindu que se precie se esta dando el banyo ritual o la puja matinal, lavando la ropa (porque no) y los dientes, ejercitandose un poco antes de afrontar el dia.

Y es que estamos en Varanasi y, ciertamente, todo, de inicio a fin, gira en torno al Ganges, el rio sagrado por excelencia del hinduismo.



(El barquero…)

Aun asi, y aunque hayan muchas cosas que contar sobre una de las ciudades mas sagradas indias echemos pie al freno y un dulce flashback con fundido a negro para recordar aquellos intensos calores que servidor sufria en Delhi mientras escribia el ultimo post y esperaba y esperaba a que Lydia llegara, por fin, a la India.

Aquella tarde me la pase escribiendo comodamente en la mesa (todo un lujo) de la habitación y con la puerta abierta del balcon (otro lujo) vi un atardecer bien bonito, ajeno a lo que uno pudiera pensar de Delhi, con cometas correteando el cielo mientras sus duenyos tiraban los hilos desde los tejados.



(Esta foto es para contrapesar la balanza y mostrar que en todo lo feo hay algo bello…)

Cene tranquilamente y sali al aeropuerto con un taxi que nos llevaba de ida y vuelta. Una vez apostado enfrente de la puerta de salidas internacionales saque mi libro y pense que iba a ser un reencuentro mas o menos tranquilo pero a medida que iba pasando el tiempo me iba poniendo mas taquicardico y la lectura se me antojaba difícil asi que cerre el libro y mire y mire y busque y busque una occidental de 1,80 y pelo rizado, acompanyada por un amigo indio que habia hecho en el avion el dia anterior, mas buscaba y no encontraba. Hasta…

Una alegria intensa volver a compartir dias, horas y minutos con ella, mi nueva companyera de viaje.

Volvimos en el taxi mientras ella contemplaba el paisaje nocturno de la capital y yo no dejaba de hablarle intentando explicarle todo lo que sabia sobre aquello o lo de mas alla… Pero, ciertamente, lo mejor es simplemente mirar. Mirar y entender.

Después de un buen descanso al dia siguiente, en el que cogiamos el tren nocturno a Varanasi por la tarde nos dimos un pequenyo garbeo por Connaught Place. Un paseo introductorio por los terrenos indios al uso, básicamente. Caminando, caminando llegamos a un extranyo monumento que resulto ser unos edificios que servian de laboratorio astronomico hace la friolera de 300 anyos. Marcando la hora, las estaciones y demas. Muy sofisticado, vamos.




(Parece un anfiteatro romano pero no lo es!)

Después de cobijarnos de una ligera lluvia (lluvia que ya parece acompanyarnos dia si dia tambien) y de hacernos la primera foto en pareja con una familia hindu (Ly pensaba que querian que les hicieramos una foto con su camara jeje) nos dirigimos a la estacion de tren, donde compramos el billete de tren de Varanasi a Agra y nos metimos en nuestro tren, vagon tercera clase con AC y primera experiencia en cuanto a nocturnos se refiere.

Cabe explicar que en los nocturnos hay vagones de asientos donde la marabunta de gente que se agolpa va de pie, sentada o como puede (pareciendose en todos los sentidos a un bus local), luego va la clase Sleeper cuya disposición es la misma que la de 3AC pero sin AC, luego la susodicha, 2AC (que creo que son seis o cuatro literas, no estoy seguro) y luego 1AC (2 camas, quizas?). Los precios son exponenciales, 3AC es tres veces mas cara que sleeper, por ejemplo.

Juantxo e Idoia en su momento me habian hablado de la disposición de las literas en los vagones y parecia que habia algo que no encajaba, no habian compartimentos. Cuando entramos en el vagon lo entendi: no hay compartimentos. Hay cubiculos con literas y un pasillo que las une a todas, pasillo que deja a seis literas a la izquierrda y dos a la derecha, pegadas a la ventana. Descubrimos que, visto lo visto, lo mejor era tener las dos literas del lado.

Obviamente, no hace falta decirlo, viajar en tren es la mejor manera de moverse por India y nos gusto mucho. Cenamos un buen thali que nos trajeron y leimos y charlamos tranquilamente mientras la gente se iba acostando y haciendose las camas (con mantita y sabanas!).

A las seis y algo nos despertamos y esperamos nuestra llegada a Varanasi que se retraso una hora sobre el tiempo establecido. La puerta siempre abierta de salida invitaba a asomarse y hacer unas fotos:



(Los ninyos de la zona se divertian persiguiendo el tren)





(Mientras a vista invitaba a meditar…)

Llegamos al hotel algo mas que derrengados y después de desayunar algo nos metimos en la habitación y descansamos, mucho, hasta el dia siguiente. Llegamos a la conclusión que o bien teniamos narcolepsia, o bien nos metian algo en la comida o que, simplemente, el dia después de un nocturno uno necesita reposo absoluto!

El dia siguiente, las nubes ya avisaban que, quizas, iban a querer tomar protagonismo durante el dia. Aviso que cumplieron. A rajatabla. Aun asi por la manyana nos dimos nuestro primer paseo por los ghats, saliendo justo delante del nuestro, en Manikarnika Ghat donde, casualidades de la vida, esta el crematorio principal de la ciudad (y eso es mucho quemar) y todo el dia y muchas veces, toda la noche, se oye una musica continua y se ve un humo subir entre los edificios. La barbacoa, la llamamos. Una manera como otra de relativizar el hecho de que estamos constantemente viendo (y oliendo, a veces) ese humo y, como buena metonimia, solo es una parte del todo que es la cremación continua y al aire libre de cadáveres humanos. A todo se habitua uno.

Un paseito agradable, algo asediados por remeros que ofrecen viajes en barca, masseurs que cogen de la mano y de ahí no te sueltan, ninyos vendiendo postcards o ofrendas para las pujas. Pero aun asi, agradable. Me sorprendio la arquitectura algo barroca, amontonada, pero a la vez noble y románticamente deteriorada que se presenta en la orilla del Ganges.





(Esta es una pequenya parte del main ghat de Varanasi…)



(Al salir del hotel, en la ciudad vieja, uno camina por callejuelas como esta)

Por la tarde nos volvimos al hotel y la lluvia bendijo nuestra llegada con un chaparron impresionante que no dejo de caer hasta el dia siguiente. Según los locales, la primera lluvia fuerte del anyo, preludio del monzon que supuestamente debe llegar en julio.







(Mirar la lluvia caer y observar la vida seguir en los tejados, con ninyos jugando y adultos dejandose mojar con alegria fue algo bonito)

Ayer pudimos salir aunque la lluvia pudiera seguir amenazando nuestra excursión. Durante el camino que decidimos hacer por el interior de la ciudad vieja para volver por los ghats nos cruzamos con un simpatico ninyo hindu llamado Durgesh que se ofrecio, con un espanyol decente, a hacernos de guia. Por una cosa u otra no le dijimos que no y nos acompanyo arriba y abajo en los ghats mientras nos decia que su tio tenia una tienda de seda (como no, otro gancho, aunque este era simpatico!).

En los ghats (donde sin duda abundan los saddhus) la gente se banyaba, rezaba, realizaba rituales pero mayormente los ninyos jugaban al cricket aprovechando cualquier resquicio de espacio entre escalones. Asi que el camino se hacia en base a esquivar posibles pelotazos, básicamente.

Nos llevamos a Durgesh a comer y luego nos dejamos llevar, ya volviendo con un atardecer que prometia un mejor dia hoy, a la tienda de seda de su tio que se quedo contento con nuestra presencia (y nuestro dinero, tambien).



(Una calle desertica parece ser algo magico, aquí…)



(La cosa prometia)



(Y desde el hotel lo vimos “confirmado”)

Esta madrugada el despertador ha sonado demasiado pronto, pero claro, la experiencia de coger el barco y compartir el trasiego matutino de los indios en Varanasi ha sido algo genial e irrepetible (bueno, si tenemos el valor suficiente como para madrugar otra vez, claro). Me he sentido, como no, desde que camino por este pais, en el interior de alguna foto de Raghu Rai y, de la misma manera, viendo y sintiendo las fotos que el podria hacer en cada situación y que yo me limito a hacer con mis ojos, normalmente.

Ciertamente, creo haberme consolado con considerarme un tipo al que le gusta captar la luz en diferentes situaciones, lo demas, es un extra. :)






(Durante el trayecto, las vistas de los ghats :)

Espero contaros mas cositas desde aquí o Agra, nuestro proximo destino!

Cuidaros todos mucho!

Un abrazo grande!


2 comentarios:

Cris dijo...

Precioso post Alberto !!!
Las fotos preciosas, esa de Ly mirando la lluvia... es encantadora.
El resto, las del rio, las estaba esperando con impaciencia, no por vistas ya en otros reportajes dejan de ser espectaculares.
Que paséis unos días felices.
Un abrazo y miles de besos más

alberto b.i. dijo...

Hey madre!
Ahi estaba la senyorita en estado de trance jeje
La verdad es que si, aunque uno haya visto y tenga en su imaginario tantas fotos de Varanasi vivirlo es mejor que nada, como siempre! :)
Muchos besos guapa!