miércoles, 16 de abril de 2008

Miles de Indias...





A lo largo de diferentes viajes he llegado a una conclusion parecida acerca de las grandes ciudades y capitales: no me suelen gustar, no me suelen interesar mas de dos o tres dias (quizas a excepcion de ciudades como Berlin, en la que a un servidor le gustaria vivir) y, con normalidad, suelen ser la primera pisada en un pais ajeno, la primera toma de contacto que nunca se debe tomar como ejemplo de nada. Asi que salir de la ciudad siempre ha sido motivo de alegria y de confianza en que mis siguientes pasos van a ser los que verdaderamente van a definir una cierta idea de dicho pais.

Despues de este sesudo prologo, lo que queria decir es que desde que he salido de Delhi el numero de experiencias, de gente y de buenas energias que he recibido se han multiplicado casi exponencialmente. Vamos, que estoy empezando a disfrutar de India, cosa que en Delhi cuesta bastante!

El domingo cogi un tren hacia Amritsar, la cuna del sijhismo y capital del Punjab. Como ya dije, Amritsar estaba celebrando su fiesta nacional que luego averigue que realmente era el nuevo anyo hindu... Solo salir del tren conoci a una chica australiana, Liz, y decidimos ver que tal era hospedarse como peregrinos dentro del complejo del Templo Dorado.

El Templo Dorado se convirtio pues en mi casa durante dos dias, estando solo a unos 200 metros de la entrada del propio templo (donde tenias que ir descalzo y cubrirte la cabeza) fui capaz de visitarlo en muchas ocasiones y dejarme sentir. Creo que era el momento mas adecuado, este Templo (para algunos a la altura del Taj Mahal) estaba abarrotado de peregrinos venidos desde todo el Punjab y cercanias, vestidos con sus mejores trajes, para orar, cantar, banyarse en el estanque sagrado que rodea el Templo y entrar a hacer las ofrendas al actual Guru, en el interior del mismo.

Era el momento adecuado, creo tambien, porque para ellos era un dia feliz en el que podian dedicarse a su culto religioso y en el que podian mostrarse orgullosos de ser Sijhs. Un culto a unas ideas promulgadas por un primer guru que vivio hace 500 anyos y que estaba en desacuerdo con el sistema de castas hindu y con las ideas musulmanas. Dicho guru, que era granjero y se dedicaba a su granja cuando no predicaba, era tambien musico y compuso multitud de canciones o salmos que han llegado hasta el dia de hoy y eran los salmos que los peregrinos cantaban. Salmos cantados en directo por un grupo de musicos desde el interior del Templo (no playbacks, por favor), situados al lado del Guru, el cual se limitaba a mantenerse sentado con los piernas cruzadas.

Esto lo se porque despues de permanecer ahi dos dias, con un amigo israeli que hice, Shlomi, decidimos meternos en la impresionante cola para meternos en el templo. Dos horas despues y apretujados entre cientos de Sijhs que cantaban (toda una experiencia, mantrica, si el adjetivo existiese) conseguimos entrar y casi a empujones salimos del sitio central donde estaba el Guru y los cantantes. En los pisos superiores, finamente ornamentados habian dos Sijhs, digo yo que sacerdotes o algo por el estilo, leyendo unos libros gigantescos donde, tb lo digo yo, leian las ensenyanzas del primer Guru.

Dormimos en uno de los dos edificos destinados a los peregrinos, en un area especifica para extranjeros, asi que conoci a mucha gente. Una experiencia muy bonita e interesante. Al haber tanta gente por las noches los peregrinos dormian en el suelo entre mantas, ocupando todo el patio del edificio. 30000 desayunos, comidas y cenas eran continuamente servidas por voluntarios sin ningun coste para nadie. Solo pedian una donacion al salir, si uno queria.

La primera foto es del mediodia, la primera vez que pise el Templo Dorado. Mucho calor, obviamente, pero sirvio para familiarizarme con los ritos Sijhs de banyarse en el estanque, arrodillarse y rezar ante la vision del Templo y la recogida de ofrendas (una especie de mantequilla muy azucarada en hojas de no se que planta) que luego se entregaban (despues de una cola digna de India) en la puerta del Templo en si. Supongo que os haceis una idea, un cuadrado en donde en el interior del mismo hay una piscina de agua (sagrada, la gente la bebia como norma) y un puente hacia el Templo. Todo el recinto, edifios anexos incluidos, se hizo con donaciones de gente.

La verdad, una experiencia muy bonita. Tambien interesante por lo que se refiere a los Sijhs, particularmente altos para ser indios, y de rasgos otomanos (por decirlo de alguna manera), con narices importantes y ojos algo rasgados. Por norma no se cortan ningun tipo de pelo (al menos facial) asi que se dejan crecer barba y cabello y luego se enrollan el cabello y se hacen estos turbantes que les dan cierta importancia.

Ahora mismo estoy en Chandigarh, capital del Punjab y Hariana, ciudad que supongo algunos arquitectos conoceran ya que fue planificada enterita por Le Corbusier en los anyos 50. Esta ciudad no parece India pero, ciertamente y despues de hablarlo con gente que ha viajado por aqui, India no se caracteriza por una unicidad sino por una multiplicidad casi inacable de diferentes sitios, gente y culturas unidas bajo un mismo y gigantesco pais.

Chandigarh tiene grandes avenidas (y bien pensadas), y un sistema de edificacion basado en lo que en Barcelona conocemos como el Eixample. Es decir, un sistema reticular (pero muy fiel a lo que Le Corbusier penso, no como el plan Cerda) estirado, con una idea importante de proporciones harmonicas. Y es que siendo una ciudad del tamanyo de Barcelona, uno nunca tiene la sensacion de estar con mucha gente: los edificios nunca superan los tres pisos y esta llena de parques y zonas peatonales.

Hombre, no es una ciudad tipicamente asiatica, pero viven indios, claro, y eso siempre se nota. Asi que para mi sigue siendo una ciudad india.

Estoy viajando con una chica belga, Eleonor, que manyana sale hacia Delhi y juntos hemos alquilado una bicicleta para ir a los centros administrativos de la ciudad, donde Le Corbusier se rasco el coco (o mejor dicho, se estrujo el cerebro) y puso toda la carne en el asador. El parlamento, las cortes y el centro administrativo, para los que se necesitan permisos especiales y desde los que no se pueden fotografiar el interior.

Aun asi hemos visto la administracion india como funciona y ha sido muy divertido. Hemos tenido que ir a cinco sitios diferentes custodiados por militares para tener el permiso de fotografiar la fachada del Secretariat. De mientras veiamos como funcionaba, esa pequenya ciudad interna que era la administracion, entre chai y chai y charlas y demas... Ordenadores, muy pocos, asi que se amontona el papeleo.

En el siguiente posteo pondre las otras fotos...

Manyana encamino mis pasos hacia la provincia de Uttaranchal, a Rishikesh, centro para hacer multitud de cursos de yoga a orillas del Ganges. Estoy pensando en hacer uno de varios dias y quedarme tranquilo alli. Un amigo australiano que hice en Amritsar esta ahi y espero poder contactar con el para que me introduzca en el ambiente de Rishikesh.

Ya os contare mas cuando este alli!! Un abrazo grande a todos!

3 comentarios:

Cris dijo...

Hola Alberto, me ha gustado mucho lo que has escrito sobre el templo de los Sijhs. muy buena idea pernoctar en el propio templo...
No sabía que los sijhs fueran tan diferentes físicamente.
Me han gustado esas fotos de la piscina sagrada... ¿te bañaste ahi?
Uff.
Besitosss

alberto b.i. dijo...

Hola!
Ellos se banyaban y bebian de esa agua sagrada... yo, personalmente, lo deje para otra ocasion! jeje
un beso!

Anónimo dijo...

carinyo
nos acercas a una India ecléctica que me está abduciendo por completo, cuento los días mi wapi!
bsos muxos
Ly